Orgullo friki

La gente dice que yo debería aceptar al mundo. ¡Mierda...! Yo no acepto al mundo.

En un norte lejano, 11688 días atrás, se estrenaba el IV episodio de Star Wars. Hace 0x003 años, ciertos españoles generaron la magnífica idea de celebrar el aniversario de esta saga de culto convocando al Día del Orgullo Friki a través de Internet.

El término anglosajón, sin un candidato digno de equivalencia en nuestro idioma, ha sido transcrito de media docena de formas. Y Wikipedia ha conferido el galardón a friki.

No pienso ofrecer mucha resistencia al neologismo. Su etimología no es tan difícil de comprender, aunque los trastornos evolutivos de su semántica en los últimos años parecen evitar cualquier concepto ideado para intentar definirlo.

En la actualidad, ser friki se ha convertido para algunos en un estilo de vida. Décadas atrás, el resto del mundo se habría encargado de tildarnos de extraños, pero gracias a las nuevas tecnologías de la información, no sólo se han creado nuevos nichos, sino que se han erigido incontables comunidades dedicadas a la veneración de cada una nuestras preferencias. Ya no es necesario que otros nos señalen.

No son pocas las características, predilecciones y objetivos que puede llegar a poseer un friki. De una incompleta lista podremos deducir cuán friki somos: basta comparar nuestras tendencias con aquellas que las personas comunes se apresurarían a calificar de extravagantes:

  • Profundo interés por toda carcasa que contenga circuitos electrónicos.
  • Análisis insaciable de obras de ciencia-ficción o fantasía.
  • Afición por estruendos musicales con matices metálicos, electrónicos o fusionados.
  • Atracción hacia tatuajes exóticos, piercings o implantes biónicos.
  • Enfoque en peinados de estilo. O indiferencia total al respecto.
  • Concentración absoluta ante una serie numérica desconocida.
  • Elevada probabilidad de querer graficarla en un sistema cartesiano.
  • Tendencia a invertir días consecutivos en un determinado videojuego.
  • Tendencia a invertir días consecutivos en un determinado anime.
  • Conversaciones frecuentes con algún otro friki.

En la isla de Cuba, al parecer, no tenemos tiendas de cómics ni oportunidad de descargar torrents. Sólo piratería a través de puertos USB, un Maxim de lujo, espacios televisivos X Distantes, pacotillas digitales obsoletas a cambio de muchos papelitos de colores, vampiros sexuales en cierta secuencia de parques, talleres literarios, talleres de perforación corporal, cosplay ocasionales y varios Joven Club para los que tengan interés.

Hoy, nuestros mecanismos de coordinación de espacios alternativos se encuentran algo limitados. Pero es de esperar que un 25 de mayo no muy lejano podamos exhibir con orgullo nuestra distinción, para demostrar que no somos tan extravagantes -al menos entre nosotros mismos.

6 notas:

Elaine dijo...

Una vez fui a una actividad en la Biblioteca Villena para un conversatorio sobre el aniversario -no sé cual- de la creación de El señor de los anillos.
Recuerdo que un muchacho decía, "Permuto para Tierra Media" y luego dijo algo que le sacó la risa a todos.

"En Cuba no celebramos fiestas vestidos de personajes de ciencia ficción, ni salimos a la calle difrazados de elfos, gnomos, etc..., ni ni ni ni ni -una larga lista de "ni" porque... porque... porque no queremos, jajajajaja"

Me acordé de eso cuando hablabas de como se vive la "frikidad"??? en Cuba

Boris dijo...

Bueno, casi que puedo considerarme medio friki. En rigor, no cumplo con el 75 por ciento de los requisitos.
En cierta década de penosa memoria, en Cuba los llamaron "raritos" (que es la traducción despectiva) y los persiguieron por eso. Ahora los continúan persiguiendo, pero con la mirada y los prejuicios (a veces también con la policía).
Por otra parte, el mercado engulló todas las expresiones alternativas de los 60 y las disciplinó en tiendas especializadas. En La Habana hay una de ellas, un remedo chino de fantasías heróicas. Pero nuestras maltrechas TRD... en fin.
Amenazo con hacerme adicto a tu blog, jejejeje.

Alejandro Cuba Ruiz dijo...

Bueno, con comentarios como los de ustedes me quedo sin poder comentar. Y esa amenaza sólo conduce a que continúe escribiendo.

Esta vez Elaine y tú me han sacado los colores. Gracias a los dos.

alejandro dijo...

Yep,

Obstinado de que las jevitas me miren con mala cara cuando hago chistes geeks.

¡Que les den! Viva BBTheory

Koratsuki dijo...

¿Por fin Luke sabe quien es su padre?
.
Despues dicen que nosotros nos quedamos traumatizados con los muñequitos rusos, jejeje. Por mi, yo adoro la saga de las StarWars, de siempre, y por cierto Blase Runner otra de las pelis que me frikeo durante largo tiempo.
.
Ahora el Metal y los piercings y por supuesto BBT.
.
Recomiendo leer la tira Ecol y la de Raulito el Friki.

Diavolo dijo...

Oh, no se. Esa lista de caracteristicas friki esta mas que sospechosa.

Estas describiendo a los frikis de hoy, los de ayer (y acuerdate que el termino ya tiene horita 50 años de andar dando tumbos por ahi) eran distintos. En una epoca eran hippies que fumaban mucha marijane o ingerian LSD (acid), usaban el pelo larguisimo, nunca se peinaban y escuchaban a los Grateful Dead. No conocian los juegos electronicos porque no se habian inventado todavia. Ni el piercing tampoco. Y, sin embargo, eran frikis.

El frikismo es, en lo externo, mas bien un fenomeno en eterna metamorfosis porque lo que importa no es la manifestacion especifica del mismo (para ti, la "skin") sino la distincion que esa manifestacion confiere al friki. No puedes ser friki sin alguna expresion externa, porque nadie se enteraria de que eres friki.

La distincion que se obtienen se podia denominar "egregismo", que viene de "egregio", que a su vez connota -- etimologicamente hablando (y no lo busques en la RAE porque no lo encuentras) -- "fuera de la manada". "Egregio" tiene la misma raiz, y es mas o menos lo contrario a "gregario" que connota "integrante de la manada".

Los frikis buscan distincion; ser friki es su propia recompensa. Los aditamientos son solo incidentales, sirven como manera de conseguir la distincion y varian de epoca en epoca.