23 pasos a G

Las luces de la calle volaban en fragmentos ante nuestros ojos... y ni siquiera habíamos llegado al parque. Algunos de los que conservábamos la cordura nos habíamos detenido a observar los gestos extraños de nuestros amigos.

01110011 estaba tan risueña que no se podía calmar. El viejo 01100100 entonaba una melodía agresiva. Yo, sin embargo, meditaba en silencio: en pocos años publicaría ese instante en la Web.